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Los estragos del huracán Harvey

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Hace 12 años, en el año 2005, el huracán Katrina dejó una estela de destrucción, pérdida, y muerte al visitar el sureste de los Estados Unidos. Se calcula que más de 1,500 personas perdieron la vida y miles se quedaron sin hogares.

El costo económico fue muy alto, pero el huracán Harvey ya lo sobre pasó, pues varios pozos petroleros tuvieron que cerrarse igual que una de las plantas más grandes de Texas, dejando de producir por varios días. El puerto de Houston tuvo que cerrarse lo mismo que los dos aeropuertos. Hasta el día de hoy, 2 de septiembre, se registran por lo menos 40 personas muertas y miles de hogares destruidos o inundados, 10,000 personas han sido rescatadas, cerca de 30,000 han sido trasladadas a los albergues, que ya algunos fueron alcanzados por la inundación y las han tenido que llevar a otros lugares más seguros.

La lista es interminable y el caos en las calles es eminente: árboles caídos, postes tirados en el suelo, casas destruidas, falta de electricidad, autos arrastrados por la corriente, gente en las azoteas o techos gritando por auxilio, colonias de Houston y pueblos cercanos como Port Arthur están abajo del agua, el teléfono 911 de Houston registró 58,000 llamadas de emergencia en 15 horas, se ha alcanzado una cifra record de lluvia en menos de una semana, las autoridades han ordenado un toque de queda por las noches para disminuir o evitar los saqueos a las casas abandonadas, el ejército ha enviado 12,000 efectivos para ayudar en el rescate de las víctimas.

Aun los que no han sido inundados han quedado encerrados pues no pueden sacar sus autos ni ir a pie a comprar alimentos pues las tiendas no están abiertas. Países, industrias y personas se han solidarizado y están participando al enviar víveres, ayuda humana, y financiera. No hay duda que Harvey visitó Texas como un ciclón destructor y mortal.

Esto no es nuevo. Desde los tiempos de Noé (Génesis 6-8) Dios ha tenido que recurrir a las fuerzas de la naturaleza para exhortar, reprender, enseñar y mostrar que su poder es superior al del hombre. “La maldad era mucha y todo designio de los pensamientos del corazón humano era de continuo solamente el mal, lo cual causó pesar y dolor al Creador.” Dios usó el diluvio universal para mostrar al hombre que Él era un Dios Santo poderoso y superior. Por siglos Dios ha tenido que hablar al hombre a través de inundaciones, terremotos, tormentas y huracanes, fuego, pestes, sequías,… pero el hombre no entiende. Los temerosos y seguidores del Ser divino, no están exentos y han tenido que sufrir las mismas consecuencias quizás sin merecerlo. La gran diferencia es que al pasar por estas destrucciones, no están solos; Dios está con ellos.

Job lo experimentó al perder a sus seres queridos, empleados, amigos, posesiones y aun su salud. (Job 1) En medio del dolor él pudo exclamar: “El Señor dio y el Señor quitó; sea el nombre del Señor bendito” Los discípulos pasaron por una gran tormenta, pero el Señor estaba con ellos y mostró su poder y cuidado.(Marcos 4:35-39) El apóstol Pablo sufrió naufragios y tempestades huracanadas, pero Dios le acompañó. (Hechos 27) En medio de la destrucción pudo decir: “Tened buen ánimo porque yo confío en Dios” (v. 25)

¿Qué querrá Dios decirle al país más rico y poderoso del universo por medio de la visita de huracanes como Harvey? Dios está en control y cumplirá sus propósitos aun en medio de la destrucción, sufrimiento, pérdida y dolor.

Oremos por los que han sido afectados y que a través de las lágrimas clamen a Él y experimenten también el amor y cuidado del Todopoderoso.

 

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