Iglesia Bíblica Torre Fuerte

Ejemplo a Seguir

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Bajo el lema “Con mis hijos no te metas” más de un millón y medio de peruanos se manifestaron en las 24 regiones de Perú contra el adoctrinamiento en ideología de género a menores de edad escolar. Varios congresistas y otros políticos en puestos significativos participaron en las marchas.

Esta manifestación responde al intento del gobierno de Perú, a través del Ministerio de Educación, de promover en 2017 un currículo nacional para menores desde los 0 años con criterios de la “ideología del género”. Se ha considerada ésta ideología como “perversa” y advirtió que pretende colonizar la mente de los niños y dañar la identidad sexual que hasta el día de hoy se les ha enseñado. “Esta es una guerra moral y el campo de batalla es la mente de los hijos; la defenderemos hasta el fin de nuestros días”

Alexander Strauch en su libro “Iguales pero Diferentes” (Edit. ELA), presenta “evidencias de que Jesucristo enseñó que los hombres y las mujeres fueron creados iguales por Dios, pero los equipó para cumplir roles diferentes acordes con su sexo para que los cumplan en la Iglesia y en el hogar. El debate de los géneros no es una controversia abstracta o impersonal. Afecta directamente a la humanidad e identidad sexual del ser humano y a la relación familiar”. (Génesis 1:26-28)

La postura Bíblica enseña que Dios creó al hombre y a la mujer iguales a su imagen pero también enfatiza las diferencias complementarias que hay entre hombres y mujeres.

Es muy necesario afirmarse y mantenerse en equilibrio. No olvidemos que Dios creó las distinciones entre el hombre y la mujer para que se complemente uno al otro. Dios hizo a Adán el personaje central y fue el primero en recibir revelación e instrucción. (Génesis 2:19.20). Dios creó primero a Adán y después la mujer fue formada del hombre (Gén 2:21-22; I Cor. 11:8-9). Dios creó a la mujer para el hombre y no era su gemela sino su complemento y ayuda idónea; fue creada para el bien del hombre no viceversa. Son iguales en su naturaleza (Gen. 2:23)

En síntesis, el hombre está obligado a amar a su compañera y la mujer a respetar a su varón. Este es el resumen enseñado en Efesios 5:33. Aún aquí podemos notar la diferencia marcada para cada uno.

 

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