Iglesia Bíblica Torre Fuerte

Él se Humilló

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En Filipenses 2:1-11 encontramos 3 posiciones estrechamente conectadas entre sí:

Del 1-4 Pablo exhorta a los filipenses a mantener unidad de pareceres y sentimientos en humildad, impulsados y movidos por el amor.

Del 5-8 les pone delante del ejemplo de Cristo con su humillación sin par.

Y del 9-11 les muestra como Dios lo exaltó hasta lo sumo tras haberse Él humillado hasta lo más bajo.

En los versículos 3 y 4 propone las virtudes básicas que facilitan esa actitud cristiana de múltiple unanimidad: humildad (v.3) y generosidad (v.4). El Señor Jesús dio un buen ejemplo de ello.

Cristo renunció a la forma de Dios y asumió la forma de siervo (esclavo). Se despojó de su forma más no de su naturaleza. El nunca renunció a su deidad. Él fue perfecto Dios y perfecto hombre a la vez.

Cristo era el único que podía tomar nuestro lugar y pagar por nuestro pecado. No hubo ningún querubín, ni serafín, ni arcángel ni ángel que lo pudiera hacer. Fue obediente hasta la muerte y en la cruz vertió su preciosa sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados ( Hebreo 9:22).

Los 3 factores importantes que debemos tomar en cuenta para imitarlo (v.5) son:

  • La humildad
  • La obediencia
  • La disponibilidad

Él no solo se humilló y fue obediente sino que tuvo la disposición de tomar nuestro lugar y pagar por nuestra culpa. Él fue tentado en todo como humano pero sin pecado. (Heb. 4:15) Su humildad fue aceptada por el Padre pues Él nunca rechaza al corazón contrito y humillado (Salmo 51:17)

“Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes” (Santiago 4:6).

La exaltación siempre viene después de la humillación.

Dios exaltó a Cristo dándole un nombre sobre todo nombre y será confesado en postración como Señor de señores para la gloria de Dios Padre (v.10-11)

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Categories: El Vocero