Desde el Interior

Posted on 16 November, 2016 by Ramón Altamirano 1 comment

Cuando una persona, y especialmente un joven, tiene la oportunidad de crecer en cualquier ámbito de la vida dígase educación, físico-atlético, espiritual y social; es una motivación que se transmite en un éxito personal.

Esta motivación es una parte de lo que necesita cualquier joven para sentirse satisfecho. La otra parte depende de nuestro ambiente y el medio en el que nos desarrollamos.

Como jóvenes somos entidades diferentes, algunos accionamos y reaccionamos según nuestra personalidad; ya sea que nos comportemos de una forma introvertida o extrovertida. Pero, la intención será la misma en cuanto dependa de ser reconocidos. Y cuando es complemento de un éxito, la necesidad de ese reconociendo, en la mayoría de las personas, va en aumento.

Este reconocimiento es algo que a todo persona agrada. Ahora, el punto principal de este escrito es saber cómo obtener esa satisfacción sin necesidad de reconocimiento o con el reconocimiento. La satisfacción de una obra o acción completa demanda el reconocimiento, y en la Palabra de Dios se mencionan algunos ejemplos de gente satisfecha siendo reconocidos o no. En Marcos 12:41-44, Jesús reconoce lo hecho por una viuda al dar todo su sustento a la Iglesia.

El hecho es que Dios siempre reconocerá la obra que nosotros hagamos y llegará con olor fragante hasta su presencia. Ahora esto tenlo presente en todo momento: Colosenses_3:23 dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”.