Iglesia Bíblica Torre Fuerte

¿Codicia, avaricia o egoísmo?

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La mayoría de las veces las personas ponen su confianza en otras personas y cuando han sido de alguna manera decepcionadas, entonces su confianza la ponen en las cosas. ¿En quién esta puesta tu confianza?

La Palabra de Dios nos cuenta una historia en Lucas 12, versículo del 15 al 21 donde nos cuenta de un hombre que haciendo consciencia de lo mucho que había cosechado, decide construir unos graneros más grandes.

Cuando usted se da cuenta de que tiene suficiente para vivir, ¿qué decisiones toma con lo que le sobra? ¿Lo guarda en una caja, lo ahorra en una cuenta, lo invierte en un negocio, lo comparte o simplemente, se lo gasta? ¿Cómo se siente al saber que tiene un sobrante?

Regresando a la historia, cuenta que él se sintió tan bien que decidió ponerse cómodo y relajado, comer, beber y divertirse, pues ya tenía suficiente para muchos años.

En el tiempo que llevo asesorando empresarios, me he dado cuenta que a muchos el dinero los malhumora, los estresa y los aleja de esa “felicidad” que buscan y persiguen. Siempre con tantas responsabilidades que no se dan cuenta de las necesidades de los que están a su alrededor.

Otros, sin embargo, ponen atención en lo que otros necesitan, tratan de ser recíprocos porque saben que todo lo que tienen, se debe al trabajo de muchos y no sólo al de él.

En el caso de la historia, este rico se sintió confiado en que iba a vivir para disfrutar lo mucho que le había sobrado.
Cuantos de nosotros, nos la pasamos trabajando más de 8 horas diarias para poder pagar la hipoteca, la renta, los compromisos del mes, no asistimos a compromisos familiares porque “tenemos mucho trabajo”, no vamos a la iglesia, a los eventos de la escuela de los hijos… y ¿quién nos dice que vamos a vivir para disfrutar de todo ese afán que dedicamos al trabajo?

Me he dado cuenta que la vida tiene etapas, que cada una es diferente y nunca más regresa. Tenemos trabajos diferentes, retos, amistades, conocidos, familiares… que vienen y se van. Los hijos, cada vez que cumplen años, nos dan una oportunidad grandiosa para enseñarles a amar y a recibir amor ¿estamos conscientes que como seres humanos, no sólo necesitamos dinero?

Al final, la historia termina cuando Dios le dice al rico: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”.

Te invito a que todos los días, antes de iniciar el día te preguntes: ¿Qué legado quiero dejar , si muero esta misma noche?

 

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