Nuevo Presidente para un País Dividido
Posted on 27 January, 2017 by René Zapata No comments
El 20 de enero del 2017 Donald Trump tomó posesión de su cargo como 45° Presidente de los Estados Unidos y Mike Pence como el 58° Vicepresidente. El evento dio inicio a una era de incertidumbre tanto para el país del norte como para todo el mundo. Trump llega a la Casa Blanca con la aceptación más baja del siglo XXI. Prestó juramento sobre 2 Biblias, una propia obsequiada por su madre al terminar la primaria en 1954 y la otra usada por Abraham Lincoln en 1861. Representantes de 3 religiones mayoristas, la judía, la protestante y la católica, tomaron la palabra para bendecir al nuevo Presidente.
Millones de dólares fueron invertidos en la seguridad del evento y miles de policías y guardaespaldas estuvieron custodiando a los mandatarios, sus acompañantes diplomáticos y a los miles que rodearon el lugar en el acto de la toma de posesión. Las manifestaciones de rechazo y descontento se desplazaron en diferentes calles de Washington y en más de 10 ciudades del país. Eran manifestaciones pacíficas, pero algunas se tiñeron de violencia, destrucción y choque con la policía que arrestó a más de 300 personas. Hubo manifestaciones de repudio en varios países latinos y europeos además de la multitudinaria marcha de mujeres que tuvo eco en más de 600 manifestaciones en todo el mundo.
Es interesante leer la historia Bíblica en I Reyes 12, que presenta la división del pueblo de Dios en dos Reinos, el del Sur (2 tribus) y el del norte. (10 tribus) La causa de la separación fue la inconformidad de pagar impuestos mayores a los que Salomón había estipulado. El rey Roboam, hijo de Salomón, se negó a escuchar la petición del pueblo de bajar los impuestos y 10 tribus se separaron exclamando: “Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel a tus tiendas! (12:16) La inconformidad siempre ha sido un factor para levantarse en contra de la autoridad que no cumple lo que prometió o se impone con decisiones que afectan a la ciudadanía. ¿Qué se puede hacer?
Es ahora cuando el pueblo de Dios debe doblar su rodilla y orar, humillarse, buscar el rostro de Dios e interceder por la situación global que nos circunda. (II Crónicas 7:14) Hay posiciones y sentimientos encontrados, pues así como hay opositores, también hay un buen número de partidarios de la nueva administración y los cambios propuestos.
Increíble que la situación interna de un país afecte a tantos otros, pero es una realidad. ¿Hasta dónde las manifestaciones y disturbios violentos lograrán un cambio en lo ya establecido? La Biblia nos dice: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (I Timoteo 2:1-2) “Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey”
( I Pedro 2:17) Dios puede sanar nuestra tierra y desea hacerlo, pero mucho depende de los que ya le conocemos como autoridad suprema, hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador y acatamos sus mandamientos. Que Él nos ayude.