Negocio de Vivos
Posted on 23 December, 2016 by René Zapata No comments
El pasado 7 de noviembre de 2003 la UNESCO proclamó las fiestas indígenas del Día de los Muertos de México como una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, por considerarlo como “una de las expresiones culturales más antigua y de mayor plenitud de los grupos indígenas.”
El culto a la muerte se remonta a la época prehispánica y ha sido una celebración que honra a los difuntos. Se practicaba principalmente en las etnias mexica, maya, tolteca, azteca y otras. Se cree que las almas de los niños retornan el 1 de noviembre y las almas de los adultos el día 2. La celebración de estas fiestas indígenas ha provocado el inicio de una intensa promoción turística.
Cada año hay un programa turístico para los días 1 y 2 de noviembre y se espera que cada año supere el número de los turistas y visitantes registrados en las celebraciones anteriores. Se aprovecha la ocasión para hacer desfiles, poner altares, traer ofrendas, visitar los panteones, comprar flores, comida, recuerdos, artesanías, máscaras, calaveras, dulces, disfraces, etc. Muchos jóvenes están cambiando y saliendo de la tradición para celebrar Halloween, pero todavía trae mayor impacto la festividad tradicional, especialmente en pueblos como Mixquic, Xochimilco, Tlaxcala, Oaxaca, y otros en los estados de Michoacán y Chiapas. La fiesta de los muertos se está convirtiendo en negocio de los vivos.
Como cristianos no debemos venerar a la muerte sino proclamar la vida que hay en Jesucristo y que solamente Él puede dar. El privilegio de conocer los beneficios y las promesas alrededor del sacrificio de Cristo en la cruz debe aprovecharse mientras estamos en este mundo.
No hay ninguna afirmación de que el alma regrese y visite a sus familiares o tenga una segunda oportunidad. Hebreos 4:7 nos advierte: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”. Y en Hebreos 2:3: “¿Cómo escaparemos nosotros si tenemos en poco una salvación tan grande?”
Nuestra mira debe estar puesta en las “cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:2) “Desechemos pues las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de luz” (Romanos 13:12) “Porque Cristo para esto murió y resucitó y volvió a vivir para ser Señor así de los muertos como de los que viven.” (Romanos 14:9) “El que oye mi Palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5;24) Cristo venció a la tumba y a la muerte para ofrecernos vida y vida eterna.