Sabias decisiones (2da Parte)
Posted on 1 November, 2016 by Ramón Altamirano No comments
La ética y moral
Saber decir si, o cuando decir si. Esta pregunta es una cuestión que ha cautivado por siglos a la humanidad ¿Cómo tomar sabias decisiones? Un aspecto a tomar en cuenta es Dios. Por siglos se ha visto y estudiado la Palabra de Dios en la cual nos muestra cómo es que el hombre es orientado a tomar buenas y sabias decisiones en su entorno y su pueblo. Pero, esto es muy ambiguo.
Un ejemplo claro de como tomar buenas decisiones lo encontramos en el libro de Éxodo el capitulo veinte, bajo el título de: “Los diez Mandamientos”. Pero ¿Cómo esto nos ayudara a tomar buenas decisiones? Los diez Mandamientos fueron entregados a Moisés para guiar al pueblo de Israel de una forma en la que los principios éticos y morales fueran visibles tanto en su práctica, así como en su enseñanza.
Lo rescatable de los diez Mandamientos es un conocimiento basto, pero en cuestión de nuestro tema, estos mandamientos proveen un principio básico para obtener un parámetro en el cual podamos basarnos para tomar una sabia decisión. Este principio tiene que ver (como se ha mencionado) con lo moral y ético. En primer lugar si dices o te nombras hijo de Dios, al ambiente, tus conocidos, tu moral y tu ética demandan que te comportes como hijo de Dios.
Ahora, para aplicar esto a tu vida es simple. Analiza cada momento en el cual te encuentres para tomar una decisión. Claro, hay momentos en los cuales es automática la decisión o intrascendental, la decisión como elegir un sabor de bebida, escoger una camisa nueva para comprar y cosas por el estilo. Pero, decisiones las cuales tienes repercusiones en tu futuro, en tu vida, en tu testimonio y te dejaran marcado por algún tiempo, son decisiones importantes. Por lo mismo y para todo esto está la dirección de Dios.
Si es que no entiendes los principios dados en los diez Mandamiento, Cristo nuestro Señor los resumió en dos: Mateo 22:34-40 nos dice que el primer mandamiento es amar a Dios y el segundo amar a tu prójimo. Por lo mismo, ponte a pensar, si la decisión que vas a tomar te afecta con Dios (tu comunión con Él, tu testimonio, tu santidad) no lo hagas; y todo lo contrario si esto te beneficia con Dios, hazlo. Igualmente si tu decisión afecta a tu prójimo (tu amistad con él, tu oportunidad de ser influencia en él, etc.) no lo hagas. Recuerda que tus decisiones en ocasiones son públicas, esto hace que seas mas selectivo y meticuloso a la hora de decidir
¡Tu imagen vale mucho, pues es el reflejo de Cristo en nuestra vida!
