Decisiones
Posted on 16 July, 2016 by René Preza G. No comments
Un proverbio oriental dice: “Somos lo que pensamos” y he escuchado muchos más que dicen que somos lo que comemos, somos lo que hablamos y somos lo que hacemos. Yo particularmente creo que nuestra vida es el producto de las decisiones que tomamos consciente o inconscientemente. Es verdad, en los primeros años de vida dependemos de otros y no es hasta la edad adulta que podemos tomar las riendas de nuestra vida.
Si consideramos que nuestra infancia y adolescencia son razonablemente normales, entonces nuestra adultez debe ser aquella que nosotros vayamos construyendo con nuestras decisiones.
Por ejemplo, es muy importante decidir qué carrera estudiar, ya que de eso viviremos muy probablemente el resto de nuestra vida, y si además decidimos estudiar la carrera porque nos gusta, mejor aún, nuestra decisión forjará nuestro futuro. Igual sucede con la persona que escogemos para formar una familia, es muy importante esta decisión y selección, ya que de lo contrario, iniciaremos una relación con un alto riesgo de fracaso.
Hoy en día el mundo pareciera ser desechable y provisional, y aunque decidamos equivocadamente podemos cambiar de trabajo y de mujer y de vida en el momento que así lo queramos. Sí, es verdad, pero iremos por la vida arrastrando errores y fallas por nuestras decisiones equivocadas y al final veremos que no construimos nada: ni una carrera profesional o un negocio, ni una familia. La amargura es mayor cuando estamos viejos.
Asimismo sucede en el tema espiritual, la decisión de buscar una vida llena de bendiciones y de fruto espiritual parte de una sencilla decisión:
Tener un corazón humilde y dispuesto a recibir la palabra de Dios.
La Biblia nos enseña a conocer la palabra y voluntad de Dios, nos da conciencia y nos enseña a depender de Dios y a ser obediente a su palabra.
Cuando entendemos que nuestra vida espiritual puede ser transformada por la palabra de Dios, ¡busquémosla con denuedo!
La Palabra de Dios nos enseña a saber decidir con fundamento, prudencia y sentido en todo lo que hagamos nos hace conscientes de nuestros pensamientos, palabras y acciones y nos permite adelantar lo que recibiremos con nuestras decisiones.
Hoy es un buen día para reflexionar y preguntarnos:
¿Con qué criterio decido las cosas importantes en mi vida?
¿He desarrollado la capacidad de discernimiento en la toma de decisiones con base en la palabra de Dios?
¿Honró a Dios, a mi familia y los demás con mis decisiones?
Busquemos el sabio consejo que nos da la palabra de Dios y edifiquemos nuestra vida en decisiones de impacto eterno y las consecuencias serán de abundante fruto y felicidad.
