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Terror en Barcelona

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El trágico momento ocurrió el día de ayer 17 de agosto en la ciudad turística de Barcelona. La gente gritaba, los niños lloraban, los jóvenes y adultos corrían tratando de escapar del cuadro de muerte teñido con sangre.

Son 14 las víctimas mortales y cerca de 100 heridos entre los cuales hay un buen número en estado muy grave, atendidos en 15 diferentes hospitales de Barcelona.

Este ha sido el peor ataque terrorista de España desde 2004. Los incidentes ocurrieron en el Paseo de las Ramblas ubicado en el centro de la ciudad. Una furgoneta embistió a 80 Kms. por hora a los turistas que paseaban en ese lugar. El Movimiento Islámico ISIS se ha adjudicado el hecho y declara que el chofer, quien no ha sido identificado, es uno de sus soldados que ahora se encuentra prófugo. Ya hay dos sospechosos detenidos y seguramente dentro de unas horas el chofer será encontrado y llevado a la justicia. Toda la policía de Barcelona está alerta y trabajando en este caso.

El ataque ha desatado una ola de solidaridad y un buen número de personas se han acercado a donar sangre, vecinos han ofrecido sus casas y cientos han interrumpido sus vacaciones para ayudar. Toda la ciudad se ha convertido en una tumba fría por su silencio, dolor y muerte.

Nuevamente los medios internacionales han tenido que comunicar al mundo una noticia teñida de sangre, dolor y muerte. Esta vez tocó el turno a la ciudad de Barcelona, pero lo que nos consterna es cómo un individuo puede causar tanto daño y todavía huir y esconderse en el anonimato sin tener que enfrentar a la justicia y pagar por su crimen. La policía local e internacional busca al responsable y seguramente lo encontrarán.

El culpable es un soldado musulmán del grupo Isis y está escondido de la justicia humana, pero nunca de la justicia divina. Dios sabe dónde está escondido y nunca podrá escaparse de Su ojo Omnipresente. “Los ojos del Señor están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos” (Prov. 15:3) “Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre y ve todos sus pasos” (Job 34:21)

El Salmista escribió: “Todos mis caminos te son conocidos… ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos allí estás tú y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí allí tú estás. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aún la noche resplandecerá alrededor de mí. Aún las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día.” (Salmo 139:3-12) “No os engañéis; Dios no puede ser burlado” (Gálatas 6:7) “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí

Esta gran verdad debe de estremecernos y hacernos cuidar nuestra conducta aun cuando creemos que nadie nos ve.

No podemos escondernos de Dios y tarde o temprano todo lo que hemos hecho en secreto será revelado y dado a conocer. Es mejor reconocer nuestro pecado, confesarlo y apartarnos de él para que así alcancemos Su misericordia (Proverbios 28:13)

 

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