Iglesia Bíblica Torre Fuerte

Sin Agua No Hay Vida

  Posted on   by   No comments

Desde 1993 cada 22 de marzo se ha celebrado el “Día Mundial del Agua” como un proyecto aprobado en la Conferencia de la ONU en Brasil para el medio ambiente afectado. El lema escogido para 2017 fue: “Aguas residuales ¿Por qué desperdiciar el agua?” Se calcula que la población mundial crece a un ritmo de 80 millones de personas al año y la escasez del preciado líquido afecta a todos los continentes.

Cerca de 4,500 niños mueren cada día por la falta de acceso al agua limpia. Más de 3.5 millones mueren cada año por las enfermedades relacionadas por la falta de agua potable. 748 millones no disfrutan de una buena fuente de agua potable en la cercanía de su hogar. 3,500 millones no gozan de dignas instalaciones de saneamiento; se calcula que mil millones hacen sus necesidades al aire libre contaminando así las fuentes de agua potable.

Necesitamos instruir al mundo como en forma inteligente y adecuada pueden usar el agua sin desperdiciarla. El sector agrícola es el mayor consumidor del agua (65%) y carece de sistemas de riego eficientes. El agotamiento del agua subterránea es la amenaza oculta para la seguridad de los alimentos. El agua potable ya es una necesidad crucial alrededor del mundo.

Es increíble los millones de dólares que los científicos de la NASA gastan anualmente para sus investigaciones de otros planetas y averiguar si hay agua en ellos. Se derrochan los recursos financieros en investigaciones y no se considera la gran necesidad del agua de millones de habitantes en nuestro propio planeta.

Sin agua no hay vida y la sed está presente cada día, tanto la física como la espiritual. Cuando el Señor Jesús habló con la mujer Samaritana (Juan 4:6-10) la importancia de su diálogo no fue la necesidad física del agua sino la urgente necesidad de mitigar la sed espiritual.

Él se presentó como la única fuente que puede otorgar el agua viva que el alma necesita. Esta agua nunca se agota ni se contamina. Está al alcance de todo aquel que viene y recibe a Cristo como su Salvador, no importando la raza, la nacionalidad, el sexo, ni la condición social o política. Jesucristo desea y puede satisfacer la sed de todo corazón que le busca y cree que Él es el único camino a la presencia de Dios (Juan 14:6)

¿Ha venido usted a recibir y probar esa agua espiritual para su vida? Sólo Él puede satisfacer y saciar a plenitud su sed (necesidad) espiritual. Hágalo hoy.

 

Si esta publicación te gustó, compártela con tus amigos!Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter