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La Sucesión

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Pasar exitósamente la estafeta a su sucesor es una de las cosas mas importantes que un buen líder tiene que hacer.

En varias escalas empresariales de liderazgo una sucesión exitosa y un legado positivo duradero es considerado la máxima expresión de un liderazgo excelente.

En la Biblia tenemos ejemplos, tanto negativos como positivos, de la sucesión.

El primer ejemplo bíblico lo encontramos en Moisés con Josué. Si nos guiamos por el éxito parcial pero considerable que tuvo Josué en guiar a Israel en la toma de la tierra prometida tenemos que concluir que Moisés fue un excelente líder.

El ejemplo negativo más famoso es el caso de Salomón y su hijo Roboam. Salomón le dejo a su hijo un reino unido, prospero y respetado. Roboam, por sus primeras decisiones tomadas, ocasiono la división. El Israel que con tanto esfuerzo y sacrificio había levantado su abuelo David y su padre Salomón se derrumbo rápidamente con consecuencias trágicas para toda Israel. Tendríamos que concluir, en el tema de sucesión y legado, que Salomón no fue un buen líder.

Este principio de la sucesión afecta todas las áreas de la vida. La familiar, como la laboral. Padre ¿qué legado estas dejando para tus hijos? Si eres empleado, director o jefe ¿estas entrenando a otro para tomar tu lugar y hacer crecer en una forma duradera y positiva tu departamento, organización o empresa? No solamente seremos juzgados por nuestro carácter, los resultados, relaciones interpersonales sino también, en una manera significativa, en que pasa después de nuestra salida.

Jesús es el mejor ejemplo de uno que preparó sucesores y uno que dejó un legado positivo y duradero.

Podemos contar con su presencia y su ayuda para que nosotros también preparemos buenos sucesores y dejemos un legado duradero y positivo.

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