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Un Buen Consolador

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Un consolador es una persona con cualidades variadas. Un consolador puede ser uno que conforta a una persona en medio del dolor. Un ejemplo fueron los amigos de Job, que cuando sufría trataron sin éxito de consolarlo (Job. 16:2).

También es uno que está ligado de alguna manera a procesos de enseñanza. El Señor Jesucristo, cuando anunció la llegada del Espíritu Santo, lo llamó “el Consolador” y dijo “él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn. 14:26).

También es uno con la capacidad para ayudar a corregir errores en una persona, en la Biblia se le traduce como “exhortar”, y entra en la lista de los dones espirituales (Ro 12:8, Hc. 15:32).

Como vemos, muchos personajes se citan en la Biblia que desarrollaron esta función: Elías que llevó consuelo a una viuda que lo había perdido todo y se preparaba para morir (1 Reyes 17), Bernabé, compañero de ministerio de Pablo (Hch. 4:36), Pablo, Silas y Judas (Hch. 15:32); pero sobre todo se le reconoce a Dios Padre (Is. 51:12) y al Espíritu Santo (Jn. 14:26).

Pero, se ha preguntado ¿por qué es tan necesaria la consolación? Cuando una persona pasa por momentos de tristeza y dolor suele perder la perspectiva de la vida. Una persona afligida, por lo general se enfoca más en el dolor de su situación que en las posibilidades que tiene para salir adelante. El dolor suele nublar su futuro, hacerle perder la esperanza. Por eso se necesita un consolador que le ayude a retomar una sana perspectiva de la vida.

Si alguna vez te encuentras en la situación de llevar consuelo a una persona que lo necesita, sigue estos sencillos pasos:

  • (1) Ayúdala a recordar sus metas, es decir, volverse al camino.
  • (2) Ayúdala a enfocarse en su realidad presente, una realidad que sin duda es difícil, pero que no imposible.
  • (3) Trata de llevarla a ver las oportunidades que tiene, que se dé cuenta que no todo terminó, sino que aún tiene mucho por hacer.
  • (4) Inflúyele ánimo, muéstrale que como nuestro Señor Jesús, en medio del dolor se enfocó en la obra perfecta de Dios para hallar el aliento para cruzar por el camino de dolor y salir victorioso.

Así serás un buen consolador.

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Categories: Blog, El Vocero