Septiembre, Mes de Terremotos
Posted on 27 September, 2017 by René Zapata No comments
En los últimos 32 años se han registrado terremotos en el mes de septiembre en ciudades cómo: Sinaloa, Oaxaca, Ometepec. Chiapas, Centro de Michoacán y Guerrero, siendo el más destructor el de 8.1 el 19 de septiembre de 1985 en la Ciudad de México, que dejó una estela de destrucción y más de 10,000 muertos.
Esto es una terrible coincidencia, aunque no todos con los resultados funestos de 1985. Parece que la gente ahora está más preparada por la práctica los simulacros, están las alarmas que previenen el peligro, hay más calma y educación en la respuesta, y el daño se ha reducido. En algunas ciudades practican un simulacro obligatorio el 19 de septiembre en honor y memoria de los que fallecieron en 1985. Así lo hicieron este año en el centro del país, sin sospechar que unas horas después el terremoto sería una realidad.
Éste es el segundo terremoto que sufre el país azteca en el mes de septiembre. El anterior tuvo lugar el pasado 7 de Septiembre con el epicentro en el estado de Chiapas. En esta segunda sacudida la CDMX registró más de 29 edificios con su estructura dañada y hasta ahora más de 315 personas fallecidas en diferentes estados de la república. El caso que más conmovió a la población fue la muerte de los niños y maestros que quedaron soterrados bajo las ruinas de su escuela. En Puebla el movimiento telúrico dejó su huella, especialmente en Cholula, donde la Iglesia de los Remedios que se encuentra en la cima de la pirámide, perdió sus 2 cúpulas, hubo suspensión de electricidad por varias horas, fugas de gas, corte del servicio de telefonía, postes caídos, el estadio Cuauhtémoc y varios edificios y hospitales fueron dañados, hubo numerosos destrozos y un saldo hasta ahora de 45 personas fallecidas.
La participación y solidaridad de cientos de ciudadanos voluntarios ha sido admirable. La noticia del terremoto ha acaparado los titulares de la prensa internacional.
Hace unos días comentamos el terremoto del 7 de Septiembre y aplicamos el evento a una enseñanza Bíblica, sin saber que el 19 de septiembre de este año, estaríamos enfrentando y publicando una noticia similar. Ambos fueron movimientos telúricos que dejaron su huella en pueblos y ciudades de Oaxaca, Puebla, Chiapas y el D.F. Hay un gran número de casas, escuelas, iglesias y edificios con estructuras dañadas y muchas familias enlutadas por la pérdida de un ser querido.
Las pérdidas materiales pueden causar dolor y tristeza, pero se pueden reponer con el tiempo, trabajo, 
esfuerzo y ayuda del gobierno o instituciones benéficas. La pérdida de un ser querido enluta el corazón y solamente Dios puede llenar el vacío que ha dejado. Él es el “Padre de misericordias y Dios de toda consolación” (II Cor. 1:3-7) “Él es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto no temeremos, aunque la tierra sea removida…” (Salmo 46:22) Podemos acudir a Él sabiendo que su poder ahuyentará el dolor, el miedo y las angustias. (Salmo 107) Si hemos quedado con vida en medio de la turbación, aceptémoslo como una segunda oportunidad que Dios nos da para conocerlo, seguirlo y amarlo.
Tú escapaste del sufrimiento y de la muerte no por suerte, sino para que lo sirvas con un corazón agradecido y deseoso de proclamar Su nombre. Oremos por México y por nuestros corazones para escuchar y comprender lo que él quiere decirnos por medio de estos fenómenos de la naturaleza.
