Iglesia Bíblica Torre Fuerte

Nuestro deber en un desastre

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En las últimas dos semanas México ha sido gravemente afectado por huracanes en ambas costas y terremotos históricos cuyos daños y afectación todavía se están cuantificando. El sufrimiento humano ocasionado por aquellos que perdieron sus vidas, las personas heridas y los daños materiales es incalculable.

Las imágenes de esta destrucción nos han movido a lágrimas de pena compartida y gran compasión demostrada por los miles de voluntarios y donaciones materiales para ayudar a los damnificados. Los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Morelos, México, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y la Ciudad de México tardarán años en reponerse completamente de estos desastres.

El pánico de estas circunstancias tan abrumantes pueden paralizar a algunos resultando en la inacción. En otros, lo opuesto sucede y sus vidas se convierten en un torbellino de acción ineficiente. En algunos más, estas situaciones levantan muchas dudas y en otros enojos por su impotencia o la injusticia cuando la ayuda no llega. Muchos se enfocan en los aspectos materiales y emocionales pero, no podemos dejar fuera la gran necesidad espiritual y el vacío de esperanza  que esto ha ocasionado.

 

La luz brilla más en la oscuridad. Nosotros, los hijos de Dios, como la luz del mundo (Mateo 5:14) en estos momentos de tan grande necesidad tenemos que levantarnos y esforzarnos valientemente para brillar y ayudar.

Ezequiel 22:30 dice: “Busqué entre ellos alguien que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de Mí a favor de la tierra para que no sea destruida” (NBLH). ¡No se queden sentados! Confiemos en nuestro Dios y seamos esa persona.

Ninguna ayuda es insignificante. Lo que usted puede contribuir de acuerdo a sus recursos y tiempo será multiplicado por Dios en impacto y será de gran bendición.

 

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Categories: El Vocero