Infidelidad financiera en el matrimonio

  Posted on 10 August, 2017  by Claudia Salazar  No comments

Muchas veces relacionamos la infidelidad con factores de índole sexual y rara vez con factores de índole económico.

En el libro titulado, La Mujer Que Prospera, del autor Andres Panasiuk, dice: “Es un hecho científicamente comprobado que cuando hablamos de dinero, el mayor problema que tienen las mujeres… ¡Son los hombres!”

Desafortunadamente en estos días, no sólo los hombres distraen los recursos económicos hacia otras actividades que no tienen que ver con la familia, también las mujeres lo están haciendo.

Las razones que yo encuentro a este mal, son:

Primero que quieren vivir como solteros;

Segundo que la pareja no tiene comunicación y por lo tanto, no hacen acuerdos;

Tercero que sus decisiones las basan en su propia prudencia y no en la voluntad de Dios y

Cuarto que se consideran dueños del dinero y no administradores.

La semana pasada, hablábamos que desde niños se tienen roles financieros, como adultos, principalmente como casados, no sólo se deben cumplir diligentemente con esos roles, también se debe de tomar la responsabilidad de rendirle cuentas a Dios y al cónyuge de las decisiones económicas que se toman dentro de ese rol.

Por ejemplo, cuando alguno de los dos se queda sin trabajo, uno debe tomar el rol de proveedor por un periodo corto de tiempo, mientras el otro encuentra otro ingreso.

¿Qué dice la palabra de Dios acerca de proveer a los nuestros?

1 Timoteo 5:8
8 El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. (NVI)

¿Qué dice la palabra de Dios acerca de la unión en el matrimonio?

Marcos 10:8
8 y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”. Así que ya no son dos, sino uno solo. (NVI)

Mateo 19:4-6
4 ― ¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, 5 y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? 6 Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. (NVI)

Confiemos en el Señor y alineemos los objetivos financieros del matrimonio a su voluntad.