La Biblia y la Bandera

  Posted on 23 June, 2017  by René Zapata  No comments

¿Sabía usted que la República Dominicana es el único país en el mundo donde la Biblia es mostrada en el escudo nacional? Efectivamente, el escudo nacional de la República Dominicana muestra en su centro una Biblia abierta a Juan 8:32, “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”

El escudo fue originalmente creado en 1844 y la Biblia se limitaba a estar abierta en los Evangelios. Con el pasar de los años, el escudo pasó por 19 cambios, manteniendo siempre la Biblia en su centro. En 2010, se decretó y se estableció que la Biblia dentro del escudo siempre debe de estar abierta y mostrando Juan 8:32.

Este decreto posiblemente tuvo críticas y oposición, pero las autoridades del Gobierno comprendieron y creyeron en la promesa divina del Salmo 33:12, “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová”.

Quizás no todos los Dominicanos estén de acuerdo, pero en cada evento cívico o fiesta nacional siempre serán recordados que el conocimiento de la Verdad (Jesucristo es la verdad–Juan 14:6) y la obediencia a su voz, les traerá libertad y un futuro bendecido y próspero.

Esto no es automático ni toma el lugar de un amuleto, pues Dios mismo advirtió a su pueblo Israel en Deuteronomio 28 que la obediencia a Su voz traería un sin número de consecuencias favorables y positivas.

Pueden ser promesas para toda una nación, pero la respuesta y la acción debe ser individual; Una Biblia en el escudo de la bandera no es suficiente. Veamos algunas de las promesas dadas en este capítulo 28:

1. v.3 Bendito serás tú en la ciudad y bendito tú en el campo;
2. v.2 Bendito será el fruto de su vientre, el fruto de su tierra, el de sus animales;
3. v.5 Bendita serán tu canasta y tu artesa;
4. v.6 Bendito serás en tu entrar y bendito en tu salir.
5. v. 13 Jehová te pondrá por cabeza y no por cola;
6. v.12 Prestarás, pero tú no pedirás prestado y otras más.

La República Dominicana y su Gobierno han dado un buen paso de testimonio al poner la Biblia en el escudo de su bandera, pero deben ahora poner sus verdades, decretos y promesas en el corazón de cada individuo para que su nación sea bendecida.