Iglesia Bíblica Torre Fuerte

La Oración de Jabes – Domingo 23 de Abril

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En el Antiguo Testamento, Jabes no se levanta como un Moisés, o un David, o Daniel ni aparece en el libro de hebreos como un héroe de la fe.

Él es uno de los pequeños grandes hombres de la Biblia y lo hallará oculto en la sección menos leída de la Sagrada Escritura.

Los primeros 9 capítulos de 1 Crónicas se refieren al árbol genealógico de las tribus hebreas, comenzando con Adán a través de miles de años hasta el regreso de Israel de la cautividad.

Hay más de 500 nombres. Luego de 44 nombres en el capítulo 4, irrumpe de pronto un relato: “Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes diciendo: “Porque lo di a luz con dolor”. E invocó (Jabes) al Dios de Israel, diciendo -¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal para que no me dañe! Y Dios le concedió lo que pidió”

La oración de Jabes es una oración poco común, de cuatro pequeñas frases: Algo de esta petición de Jabes a Dios, cambió su vida y dejó una marca permanente en los libros de historia de Israel:

  • Bendíceme

  • Ensancha mi territorio

  • Ayúdame

  • Líbrame del mal

“Esta oración sencilla puede producir algo en verdad milagroso en su vida”. (Bruce Wilkinson, autor del libro “La Oración de Jabes” -Más de 100 millones de ejemplares publicados) Algunos la han usado diariamente como amuleto y como oración que puede repetirse y esto ha despertado críticas pues su aplicación puede ser como la repetición del Padre Nuestro.

La oración modelo dada por Jesús (Mateo 6:9-13) no es para repetirla varias veces como un rezo, más bien es un ejemplo de los puntos que debe incluir una oración correcta y agradable a Dios. Otros temen que por confusión se abra la puerta a la “teología de la prosperidad”, la cual es opuesta a la enseñanza Bíblica y no es de Dios.

Hoy estudiaremos juntos esta oración y retendremos lo que realmente sea de edificación y bendición para nuestra propia vida.

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Categories: El Vocero, Iglesia