Inversiones para una prosperidad integral

  Posted on 19 January, 2017  by Claudia Salazar  No comments

John Meggot quedo huérfano de padre a los 4 años y de madre poco tiempo después. Este niño, de padres millonarios, se educó en un internado exclusivo en la Abadía de Westminster en Londres. “Cuando él era joven, vestía bien, gastó el dinero sin preocuparse, y se movía en los círculos más de moda de Londres. Le encantaban los vinos franceses y los restaurantes. Él era un experto jinete y cazador de zorros, y un apasionado del juego, apostó y perdió, miles de libras en los juegos de cartas.

Se decía, que su madre fue a la tumba antes de tiempo porque se negó a echar mano de la fortuna de la familia para comprar alimentos, y, literalmente, se morían de hambre. El hermano de su mamá se llamaba Harvey. Él era un avaro, vivía en una finca heredada y aunque llegó a tener una fortuna personal de más de 350.000 libras, permitió que su propio hogar se viniera abajo. Por el techo de la casa entraba el agua cuando llovía y sus paredes estaban enmohecidas. Las ventanas rotas eran “reparadas” con papel, y el mobiliario estaba infestado de gusanos.

Cuando Harvey murió en septiembre de 1763, John heredó toda su fortuna. Para entonces había asumido la mayor parte de los hábitos de su tío, aunque todavía tenía gustos caros, aunque siempre cuando otro pagaba la cuenta. Ahora los harapos los llevaba todo el tiempo, y nunca se limpiaba los zapatos. Al igual que su tío, sus fincas parecían abandonadas y en ruinas. Se negó a comprarse un carruaje, montar a caballo era más barato, cabalgaba por la tierra blanda, para no tener que comprar herraduras a sus caballos. Si viajaba por la noche, buscaba un lugar con hierba, de modo que el caballo podía comer gratis, y él dormía debajo de un árbol para ahorrar el precio de una habitación en una posada. Tuvo dos hijos sin estar casado y se negó a pagar por su educación….”
(FUENTE: http://intrinsecoyespectorante.blogspot.mx/2012/12/john-elwes-el-senor-scrooge.html)

Me pregunto, ¿Qué valor habrá tenido para John el dinero? ¿Cómo media el valor de su prosperidad integral?

Esta historia que es real ¿será un testimonio de prosperidad a seguir?

Estoy segura que cada uno de nosotros tiene un concepto diferente de cómo hacer inversiones que prosperen, puesto que cada uno de nosotros, valoramos de manera diferente el dinero, el tiempo y las relaciones.

Por ejemplo, la mayoría de los jóvenes, hoy en día, miden su prosperidad en base a inversiones que los hagan verse “prósperos”, aunque no lo sean, y al cabo de los años, hacen exactamente lo mismo, obtienen deudas para aparentar que siguen siendo “prósperos”.

La palabra de Dios, nos hace alusión a una historia que describe la vida de un hombre que sólo a través de hacer inversiones económicas, busca la prosperidad.

«Había un hombre rico que se vestía con gran esplendor en púrpura y lino de la más alta calidad y vivía rodeado de lujos. Tirado a la puerta de su casa había un hombre pobre llamado Lázaro, quien estaba cubierto de llagas. Mientras Lázaro estaba tendido, deseando comer las sobras de la mesa del hombre rico, los perros venían y le lamían las llagas abiertas”. Lucas 16:19-21 (NTV)

Veamos en qué podemos invertir para tener prosperidad integral y no caer en el caso de John o del rico avaro. El Dr. Mario Roberto Coronado nos sugiere:

1. El fundamento de la prosperidad integral, radica en la “prosperidad espiritual”. Lo primero que necesitamos es ser prosperados espiritualmente, porque nosotros somos básicamente espíritus con un alma y un cuerpo. Nuestro espíritu nos da la vida.
2. Lo segundo es la prosperidad del alma. El alma incluye nuestra voluntad, nuestros pensamientos, nuestras emociones y sentimientos. Cuando el alma alcanza la plenitud del dominio de sus emociones y pensamientos, desarrollamos una voluntad prospera.
3. El tercer nivel es la prosperidad física. Dios ha provisto una fuente inagotable de salud divina, para sanar toda dolencia y enfermedad del cuerpo. Un cuerpo sano es el reflejo de un espíritu y alma que goza del favor divino.
4. El cuarto nivel es la prosperidad social y familiar. Cuando nuestra alma ha sido sanada de toda herida; se vencen los complejos y actitudes emocionales que dañan las relaciones humanas. Nos convertimos en personas afables, respetuosas, responsables y muy positivas. Logramos vivir según el Salmo 133.
5. Ahora llegamos al quinto nivel; la prosperidad financiera. Cuando hemos construido nuestro edificio personal sobre bases sólidas, la prosperidad financiera no nos marea; no nos aparta de Dios, sino que nos da el claro entendimiento que el dinero es solo un medio para servir a Dios, suplir nuestras necesidades y deseos sanos, y ayudar a nuestro prójimo”.
   (FUENTE: http://www.iglesiapalabraviva.org/mensajes/?p=974)

Al cabo de los años, me he dado cuenta que muchas personas a mi alrededor con este tipo de problema, desde su realidad, ven la vida carente de satisfactores y al final de sus días, terminan con un gran vacío en su corazón y totalmente solos.

Y concluyo este artículo con la sugerencia de inversión que Dios nos da para tener una prosperidad integral:

Mateo 6:19-21 “No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los ladrones entran y roban. Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar.  Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón “(NTV).